1Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo.
3Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos.
7Queridos amigos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino más bien uno antiguo que han tenido desde el principio. Ese mandamiento antiguo —ámense unos a otros— es el mismo mensaje que oyeron antes.
9Si alguien afirma: «Vivo en la luz», pero odia a otro creyente,*2:9 En griego odia a su hermano; también en 2:11. esa persona aún vive en la oscuridad.
12Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios,
porque sus pecados han sido perdonados por medio de Jesús.*2:12 En griego por medio de su nombre.
13Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe,*2:13 En griego a ustedes, padres; también en 2:14.
porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio.
Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe,
porque han ganado la batalla contra el maligno.
14Les he escrito a ustedes, que son hijos de Dios,
porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, los que son maduros en la fe,
porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio.
Les he escrito a ustedes, los que son jóvenes en la fe,
porque son fuertes;
la palabra de Dios vive en sus corazones,
y han ganado la batalla contra el maligno.
15No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes.
18Queridos hijos, llegó la última hora. Ustedes han oído que el Anticristo viene, y ya han surgido muchos anticristos. Por eso sabemos que la última hora ha llegado.
20Pero ustedes no son así, porque el Santo les ha dado su Espíritu,*2:20 En griego Pero ustedes tienen una unción del Santo. y todos ustedes conocen la verdad.
24Por lo tanto, ustedes deben seguir fieles a lo que se les ha enseñado desde el principio. Si lo hacen, permanecerán en comunión con el Hijo y con el Padre;
26Les escribo estas cosas para advertirles acerca de los que quieren apartarlos del camino.
28Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con Cristo para que, cuando él regrese, estén llenos de valor y no se alejen de él avergonzados.
29Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.