1Entonces el rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
4Seguidamente el rey dio instrucciones al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo rango y a los porteros del templo para que quitaran del templo del Señor todos los objetos que se usaban para rendir culto a Baal, a Asera y a todos los poderes de los cielos. El rey hizo quemar todas estas cosas fuera de Jerusalén, en las terrazas del valle de Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.
8Josías trasladó a Jerusalén a todos los sacerdotes que vivían en otras ciudades de Judá. También profanó los santuarios paganos donde habían ofrecido sacrificios, desde Geba hasta Beerseba. Destruyó los santuarios que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de Jerusalén. Esta puerta estaba situada a la izquierda de la puerta principal de la entrada a la ciudad.
10Después el rey profanó el altar de Tofet en el valle de Ben-hinom, a fin de que nunca más nadie lo usara para sacrificar a un hijo o una hija en el fuego*23:10 O para hacer que su hijo o su hija pasara por el fuego. como ofrenda a Moloc.
12Josías derribó los altares que los reyes de Judá habían construido en la azotea del palacio, sobre la habitación de Acaz en el piso de arriba. El rey destruyó los altares que Manasés había construido en los dos atrios del templo del Señor. Los hizo añicos*23:12 O Los quitó enseguida. y esparció los pedazos en el valle de Cedrón.
15El rey también derribó el altar que estaba en Betel, el santuario pagano que Jeroboam, hijo de Nabat, había levantado cuando hizo pecar a Israel. Quemó el santuario y lo molió hasta convertirlo en cenizas, y quemó el poste dedicado a la diosa Asera.
Después Josías se dio vuelta y miró hacia arriba, a la tumba del hombre de Dios*23:16 Así aparece en la versión griega; en hebreo falta cuando Jeroboam se paró junto al altar durante el festival. Después Josías se dio vuelta y miró hacia arriba, a la tumba del hombre de Dios. que había predicho estas cosas.
17—¿Qué es ese monumento que está allí? —preguntó Josías.
Y la gente de la ciudad contestó:
—¡Es la tumba del hombre de Dios que vino desde Judá y predijo precisamente lo que tú acabas de hacer al altar de Betel!
18—¡Déjenlo en paz! —respondió Josías—. ¡No molesten sus huesos!
Por lo tanto, no quemaron sus huesos ni los del viejo profeta de Samaria.
19Después Josías demolió todas las edificaciones que había en los santuarios paganos de los pueblos de Samaria, tal como lo hizo en Betel. Estas construcciones fueron obra de diversos reyes de Israel y con ellas hicieron enojar mucho al Señor.*23:19 Así aparece en la versión griega, en la siríaca y en la Vulgata Latina; en hebreo falta al Señor.
21Luego el rey Josías emitió la siguiente orden para todo el pueblo: «Ustedes deben celebrar la Pascua para el Señor su Dios, como se exige en este libro del pacto».
24Josías también se deshizo de los médiums y los videntes, de los dioses familiares, de los ídolos,*23:24 El término hebreo (literalmente cosas redondas) probablemente se refiere al estiércol. y de todas las demás prácticas detestables, tanto en Jerusalén como por toda la tierra de Judá. Lo hizo en obediencia a las leyes escritas en el rollo que el sacerdote Hilcías había encontrado en el templo del Señor.
26Aun así, el Señor estaba muy enojado con Judá, debido a todas las perversidades que Manasés había hecho para provocarlo.
28Los demás acontecimientos del reinado de Josías y todos sus logros están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá.
29Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo,*23:29a O Josías salió a encontrarlo. pero el rey Necao*23:29b En hebreo él. mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.
31Joacaz tenía veintitrés años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén tres meses. Su madre se llamaba Hamutal y era hija de Jeremías, de Libna.
33El faraón Necao metió a Joacaz en la cárcel de Ribla, en la tierra de Hamat, para impedir que gobernara*23:33a El significado del hebreo es incierto. en Jerusalén. También exigió que Judá pagara un tributo de tres mil cuatrocientos kilos de plata, y treinta y cuatro kilos de oro.*23:33b En hebreo 100 talentos [7500 libras] de plata y un talento [75 libras] de oro.
34Luego el faraón Necao puso en el trono a Eliaquim, otro de los hijos de Josías, para que reinara en lugar de su padre y le cambió el nombre a Joacim. Joacaz fue llevado a Egipto como prisionero, y allí murió.
35Para obtener la plata y el oro que el faraón Necao exigía como tributo, Joacim recaudaba un impuesto de los habitantes de Judá, para el cual les pedía que pagaran en proporción a sus riquezas.
36Joacim tenía veinticinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Zebuda y era hija de Pedaías, de Ruma.