1Mientras tanto, el profeta Eliseo mandó llamar a un miembro del grupo de profetas. «Prepárate para viajar*9:1 En hebreo Ciñe tus lomos. —le dijo—, y llévate este frasco de aceite de oliva. Ve a Ramot de Galaad,
4Entonces el joven profeta hizo lo que se le indicó y fue a Ramot de Galaad.
—Tengo un mensaje para usted, comandante —le dijo.
—¿Para quién de nosotros? —preguntó Jehú.
—Para usted, comandante —le contestó.
6Entonces Jehú dejó a los otros y entró en la casa. Acto seguido, el joven profeta derramó el aceite sobre la cabeza de Jehú y dijo: «Esto es lo que el Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te unjo rey del pueblo del Señor, Israel.
11Jehú regresó a donde estaban los otros oficiales y uno de ellos le preguntó:
—¿Qué quería ese loco? ¿Está todo bien?
—Ya sabes cómo parlotea un hombre de esos —contestó Jehú.
12—Estás ocultando algo —le dijeron ellos—, cuéntanos.
Entonces Jehú les contó:
—Él me dijo: “Esto dice el Señor: ‘Yo te he ungido para que seas rey de Israel’”.
13Enseguida ellos tendieron sus mantos sobre las gradas y tocaron el cuerno de carnero mientras gritaban: «¡Jehú es rey!».
14Entonces Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, encabezó una conspiración contra el rey Joram. (Joram había estado con el ejército en Ramot de Galaad, defendiendo a Israel contra las fuerzas del rey Hazael de Aram;
16Entonces Jehú subió a un carro de guerra y fue a Jezreel a buscar al rey Joram, quien estaba allí, acostado y herido. El rey Ocozías de Judá también se encontraba allí porque había ido a visitarlo.
—¡Una compañía de soldados se aproxima!
—Manda a un jinete a preguntarles si vienen en son de paz —ordenó el rey Joram.
18Así que salió un jinete al encuentro de Jehú y le dijo:
—El rey quiere saber si vienes en son de paz.
—¿Y tú qué sabes de paz? —preguntó Jehú—. ¡Únete a nosotros!
Entonces el centinela gritó al rey: «¡El mensajero llegó hasta ellos, pero no regresa!».
19De modo que el rey envió a un segundo jinete, el cual cabalgó hasta donde ellos estaban y les dijo:
—El rey quiere saber si vienen en son de paz.
Y otra vez Jehú respondió:
—¿Y tú qué sabes de paz? ¡Únete a nosotros!
20El centinela exclamó: «¡El mensajero llegó hasta ellos, pero tampoco regresa! Debe ser Jehú, el hijo de Nimsi, porque conduce como un loco».
21«¡Rápido! ¡Preparen mi carro!», ordenó el rey Joram.
Entonces el rey Joram de Israel y el rey Ocozías de Judá salieron en sus carros de guerra a encontrarse con Jehú. Dieron con él en la parcela que había pertenecido a Nabot de Jezreel.
—¿Vienes en son de paz, Jehú?
—¿Cómo puede haber paz cuando la idolatría y la brujería de tu madre, Jezabel, están por todas partes? —contestó Jehú.
23Entonces el rey Joram, dando vuelta a sus caballos*9:23 En hebreo dando vuelta a sus manos. para huir, le gritó a Ocozías: «¡Traición, Ocozías!».
25Luego Jehú le dijo a su oficial, Bidcar: «Arrójenlo en la parcela que perteneció a Nabot de Jezreel. ¿Recuerdas cuando tú y yo íbamos a caballo detrás de su padre, Acab? El Señor declaró este mensaje en su contra cuando dijo:
27Al ver lo que pasaba, el rey Ocozías de Judá huyó por el camino que lleva a Bet-hagan. Entonces Jehú lo siguió gritando: «¡Dispárenle a él también!». Así que hirieron a Ocozías*9:27 Así aparece en la versión griega y en la siríaca; en hebreo falta Así que hirieron a Ocozías. en su carro de guerra en la cuesta de Gur, cerca de Ibleam. Pudo llegar hasta Meguido, pero allí murió.
30Cuando Jezabel, la reina madre, supo que Jehú había llegado a Jezreel, se pintó los párpados, se arregló el cabello y se sentó frente a una ventana.
32Jehú levantó la vista, la vio en la ventana y gritó: «¿Quién está de mi lado?». Entonces dos o tres eunucos se asomaron a verlo.
34Luego Jehú entró al palacio, comió y bebió. Después de un rato dijo: «Que alguien se encargue de enterrar a esa maldita mujer, porque era hija de un rey»;
36Cuando regresaron y le contaron a Jehú, él declaró: «Eso cumple el mensaje que el Señor dio por medio de su siervo Elías de Tisbé, quien dijo: “Los perros se comerán el cuerpo de Jezabel en la parcela de Jezreel.