Navegar

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150

Salmos 144:1-15, NTV

Salmo 144

Salmo de David.

1Alaben al Señor, mi roca.

Él entrena mis manos para la guerra

y da destreza a mis dedos para la batalla.

2Él es mi aliado amoroso y mi fortaleza,

mi torre de seguridad y quien me rescata.

Es mi escudo, y en él me refugio.

Hace que las naciones se sometan*144:2 Algunos manuscritos dicen que mi pueblo se someta. a mí.

3Oh Señor, ¿qué son los seres humanos para que te fijes en ellos,

los simples mortales para que te preocupes por ellos?

4Pues son como un suspiro;

sus días son como una sombra pasajera.

5Abre los cielos, Señor, y desciende;

toca las montañas para que echen humo.

6¡Lanza tus rayos y esparce a tus enemigos!

¡Dispara tus flechas y confúndelos!

7Alcánzame desde el cielo y rescátame;

sálvame de las aguas profundas,

del poder de mis enemigos.

8Su boca está llena de mentiras;

juran decir la verdad pero, al contrario, mienten.

9¡Te entonaré una nueva canción, oh Dios!

Cantaré tus alabanzas con un arpa de diez cuerdas.

10¡Pues tú concedes la victoria a los reyes!

Rescataste a tu siervo David de la espada mortal.

11¡Sálvame!

Rescátame del poder de mis enemigos.

Su boca está llena de mentiras;

juran decir la verdad pero, al contrario, mienten.

12Que nuestros hijos florezcan en su juventud

como plantas bien nutridas;

que nuestras hijas sean como columnas elegantes,

talladas para embellecer un palacio.

13Que nuestros graneros estén llenos

de toda clase de cosechas;

que los rebaños en nuestros campos se multipliquen de a miles,

y hasta de a diez miles,

14y que nuestros bueyes estén muy cargados de alimentos.

Que ningún enemigo penetre nuestras murallas,

ni nos lleve cautivos,

ni haya gritos de alarma en las plazas de nuestras ciudades.

15¡Felices los que viven así!

Felices de verdad son los que tienen a Dios como el Señor.

Salmos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150