1Mientras Jesús y los discípulos se acercaban a Jerusalén, llegaron a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos. Jesús mandó a dos de ellos que se adelantaran.
4Los dos discípulos salieron y encontraron el burrito en la calle, atado frente a la puerta principal.
8Muchos de la multitud tendían sus prendas sobre el camino delante de él y otros extendían ramas frondosas que habían cortado en los campos.
«¡Alaben a Dios!*11:9 En griego Hosanna, una exclamación de alabanza que literalmente significa «salva ahora»; también en 11:10.
¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!
10¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David!
¡Alaben a Dios en el cielo más alto!»*11:9-10 Sal 118:25-26; 148:1..
11Así Jesús llegó a Jerusalén y entró en el templo. Después de mirar todo detenidamente a su alrededor, salió porque ya era tarde. Después regresó a Betania con los doce discípulos.
12A la mañana siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.
15Cuando llegaron de nuevo a Jerusalén, Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que compraban y vendían animales para los sacrificios. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
18Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús había hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenían miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.
19Esa tarde Jesús y los discípulos salieron*11:19 En griego ellos salieron; otros manuscritos dicen él salió. de la ciudad.
20A la mañana siguiente, al pasar junto a la higuera que él había maldecido, los discípulos notaron que se había marchitado desde la raíz.
—¡Mira, Rabí*11:21 Rabí, del arameo, significa «amo» o «maestro».! ¡La higuera que maldijiste se marchitó y murió!
22Entonces Jesús dijo a los discípulos:
—Tengan fe en Dios.
27Nuevamente entraron en Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por la zona del templo, los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos se le acercaron.
28—¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron—. ¿Quién te dio el derecho de hacerlas?
29—Les diré con qué autoridad hago estas cosas si me contestan una pregunta —respondió Jesús—.
31Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, preguntará por qué nosotros no le creímos a Juan.
—No sabemos.
Y Jesús respondió:
—Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.