1Muchas personas han intentado escribir un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros.
5Cuando Herodes era rey en Judea, hubo un sacerdote judío llamado Zacarías. Era miembro del grupo sacerdotal de Abías; y su esposa, Elisabet, también pertenecía a la familia sacerdotal de Aarón.
8Cierto día, Zacarías se encontraba sirviendo a Dios en el templo, porque su grupo de sacerdotes estaba de turno esa semana.
11Y mientras Zacarías estaba en el santuario, se le apareció un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso.
—¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha oído tu oración. Tu esposa, Elisabet, te dará un hijo, y lo llamarás Juan.
18Zacarías le dijo al ángel:
—¿Cómo puedo estar seguro de que ocurrirá esto? Ya soy muy anciano, y mi esposa también es de edad avanzada.
19Entonces el ángel dijo:
—¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia!
21Mientras tanto, la gente esperaba a que Zacarías saliera del santuario y se preguntaba por qué tardaba tanto.
23Cuando Zacarías terminó su semana de servicio en el templo, regresó a su casa.
26Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea,
29Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir.
30—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios!
34—¿Pero cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel—. Soy virgen.
35El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.
38María respondió:
—Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí.
Y el ángel la dejó.
39Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblo
42Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María:
—Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito.
46María respondió:
—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.
47¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!
48Pues se fijó en su humilde sierva,
y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita.
49Pues el Poderoso es santo
y ha hecho grandes cosas por mí.
50Él muestra misericordia de generación en generación
a todos los que le temen.
51¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!
Dispersó a los orgullosos y a los altaneros.
52A príncipes derrocó de sus tronos
y exaltó a los humildes.
53Al hambriento llenó de cosas buenas
y a los ricos despidió con las manos vacías.
54Ayudó a su siervo Israel
y no se olvidó de ser misericordioso.
55Pues lo prometió a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes para siempre.
56Y María se quedó con Elisabet unos tres meses y luego regresó a su casa.
57Cuando se cumplió el tiempo para que naciera el bebé, Elisabet dio a luz un hijo varón.
59Cuando el bebé cumplió ocho días, todos se reunieron para la ceremonia de circuncisión. Querían ponerle por nombre Zacarías como su padre,
—¡No! ¡Su nombre es Juan!
61—¿Cómo? —exclamaron—. No hay nadie en tu familia con ese nombre.
62Entonces, le preguntaron por gestos al padre cómo quería que se llamara.
65Todo el vecindario se llenó de temor reverente, y la noticia de lo que había sucedido corrió por todas las colinas de Judea.
67Entonces su padre, Zacarías, se llenó del Espíritu Santo y dio la siguiente profecía:
68«Alaben al Señor, el Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
69Nos envió un poderoso Salvador*1:69 En griego Levantó un cuerno de salvación para nosotros.
del linaje real de su siervo David,
70como lo prometió
mediante sus santos profetas hace mucho tiempo.
71Ahora seremos rescatados de nuestros enemigos
y de todos los que nos odian.
72Él ha sido misericordioso con nuestros antepasados
al recordar su pacto sagrado,
73el pacto que prometió mediante un juramento
a nuestro antepasado Abraham.
74Hemos sido rescatados de nuestros enemigos
para poder servir a Dios sin temor,
75en santidad y justicia,
mientras vivamos.
76»Y tú, mi pequeño hijo,
serás llamado profeta del Altísimo,
porque prepararás el camino para el Señor.
77Dirás a su pueblo cómo encontrar la salvación
mediante el perdón de sus pecados.
78Gracias a la tierna misericordia de Dios,
la luz matinal del cielo está a punto de brillar entre nosotros,*1:78 O la Luz Matinal del Cielo está a punto de visitarnos.
79para dar luz a los que están en oscuridad y en sombra de muerte,
y para guiarnos al camino de la paz».
80Juan creció y se fortaleció en espíritu. Y vivió en el desierto hasta que comenzó su ministerio público a Israel.